P: Se critica a menudo a la industria farmacéutica. ¿Cree usted que hay posibilidades de ofrecer medicina a un precio más barato? ¿Existe un deseo en estas empresas de ser socialmente responsables más allá de un simple movimiento de marketing superficial?
Consideramos al sector privado como un jugador importante que provee buenos recursos o una influencia negativa. Queremos verlos responsabilizándose completamente y determinadas empresas han tomado esta dirección. Paul Hunt, Relator Especial sobre la Sanidad, está elaborando directrices relacionadas con el derecho humano a la salud. El tema es amplio y se extiende desde la propiedad intelectual a los precios. Es evidente que necesitamos una estructura y directrices. Las compañías farmacéuticas, así como todos los demás interesados, tienen que ayudar en esto.
P: ¿Qué esperanzas tiene después de los debates del foro y en qué manera pueden influenciar a los que toman las decisiones?
El foro ha tenido lugar en el momento oportuno. Esto se demuestra mediante el hecho de que la asistencia sobrepasó todas las expectativas. Estoy convencida de que podemos empezar un cambio en la mayoría de los campos que están en la agenda. La dinámica existe para impulsar un avance en áreas como la seguridad alimentaria y la mejora del abastecimiento del agua, mejorar los niveles de educación y otros aspectos sociales. Los Objetivos de Desarrollo del Milenio han establecido que un 0,7% del PIB que está destinado para la ayuda sea otorgada por el norte al sur. La Administración de EE.UU. hoy está más dispuesta a comprometerse. Se tiene que reflexionar mucho acerca de esto. Los errores del pasado a menudo tenían su origen en un enfoque descoordinado de los problemas de la sanidad y los sistemas. Este foro ofrece la oportunidad de incluir a representantes de los gobiernos, especialistas sanitarios, donantes y ONGs para reforzar sistemas de salud sostenibles a largo plazo y desarrollar puntos de vista comunes. Con los derechos humanos como marco de referencia, parece ser que el objetivo del acceso a la sanidad para todos, sin duda, habrá visto algunos progresos a través de la conferencia.
P: Hace unas semanas asistió a la Conferencia Mundial sobre el SIDA en Toronto. ¿Cuál fue su impresión general y qué conclusiones se pudieron extraer de los debates?
Mi impresión fue muy similar a la que prevaleció durante la conferencia anterior, hace dos años en Bangkok. Se hizo mucho hincapié en el progreso que se espera de los trabajos científicos fundamentales. Temas como el estado del desarrollo de microbicidas se encontraban en el punto de mira de casi todos los debates, pero el uso del preservativo femenino se mencionó poco en el contexto del África subsahariana. La capacidad de las mujeres y las niñas de protegerse contra el virus es tan importante como el proceso de preparación de microbicidas eficaces. La identificación de los grupos de riesgo no pareció llamar mucho la atención. Parecía haber una tendencia a no querer hacer frente a problemas reales y, en cierto sentido, fue bastante decepcionante. Los grupos comunitarios saben lo que hacen y lo que necesitan, pero no siempre han recibido suficiente atención. La atención se centró más en los invitados conocidos que en los problemas y los derechos de la mujer. Hay una serie de cuestiones fundamentales que no se abordaron. La planificación de la próxima conferencia en Méjico necesita establecer prioridades.
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Para más información sobre las actividades y el trabajo de Mary Robinson con Realizing Rights, vea http://www.realizingrights.org.